En el nivel secundario los estudiantes desarrollan capacidades, habilidades y valores cristianos de acuerdo a los avances tecnológicos que les permitan desempeñarse y desenvolverse de manera competente en la sociedad contribuyendo así en construir un mundo mejor.
El modelo de la clase invertida es una variedad del aprendizaje semipresencial, que tiene por objetivo lograr que los estudiantes gestionen su aprendizaje interactuando con material audiovisual y trabajando de manera colaborativa.